Isabel de la Busta. Presidenta del Consejo Regulador de la IGP Ternera Asturiana

La ovetense analiza el «complejo» momento que vive el sector: «Si queremos que haya futuro en el campo, hay que acompañar las buenas intenciones con hechos»

JESSICA M. PUGA

La ovetense Isabel de la Busta sustituye a Rubén Fernández en la presidencia del consejo regulador de la IGP Ternera Asturiana como representante del sector ganadero para este mandato, al que le restan dos años.

–¿Con qué ideas llega?
–Tampoco es que llegue de nuevas, llevo siendo vocal dos años y tenemos una serie de retos ya marcados que me gustaría continuar o poner en marcha. La IGP tiene un recorrido de muchos años, un trabajo muy consolidado, que debemos cuidar, continuar y potenciar. Llevamos más de un año trabajando en el diseño del plan estratégico que marcará el camino de la entidad en los próximos años. Sus principales objetivos: asegurar la estabilidad económica, mantener e incrementar la certificación, desarrollar nuevos mercados, comunicar y promocionar, fortalecer la cooperación, continuar la línea de control de producto con independencia e imparcialidad… Tengo suerte de encontrarme al frente de un equipo de ganaderos e industriales con gran experiencia en el sector y con mucha ilusión por mejorar.

–¿Qué va a priorizar?
–El principal desafío es seguir siendo un instrumento útil para el sector, que además dé valor y garantía a los consumidores. Para todo esto, necesitamos compromiso y que el consumidor nos apoye más que nunca. A la vez, tenemos que asumir el papel que jugamos en la cadena. Esta suma de esfuerzos colectivos, a veces, resulta complicada, sobre todo en momentos complejos para el sector como el actual.

–¿Cómo asume, en lo personal, el reto?
–He decidido dar este paso, muy consciente de la responsabilidad que asumo en un momento que además es especialmente complicado para el sector. Pero a la vez que una gran responsabilidad, es un gran honor poder representar a la marca, tan importante para la región, quinta denominación de origen de España, y la principal de Asturias. También es un gran reto, del que espero estar a la altura.

–¿Le preocupa que los problemas que atraviesa el sector reduzcan su empuje?
–Hay mucha incertidumbre. Los costes de producción son muy elevados, los ganaderos tenemos dificultades para cebar los terneros y muchos se están vendiendo como pasteros. Estos animales salen de Asturias y entonces pierden la posibilidad de certificarse bajo la marca, lo que hace que el valor añadido no quede en Asturias, y que la industria tenga actualmente incluso dificultades para llegar a satisfacer la demanda. La producción de Ternera Asturiana es medioambientalmente sostenible de por sí. Pero siempre hay margen de mejora, por eso desde el consejo, en esta legislatura, hemos emprendido este camino gracias a estudios que nos lo cuantifican. Ahora debemos abanderar el discurso, más cuando todas las tendencias apuntan que el consumidor busca cada vez más productos de proximidad, sostenibles y que tengan en cuenta el bienestar animal. Además, añadimos control y certificación. Por eso es necesario que todos nos impliquemos en hacer las cosas bien, no en mirar el beneficio a corto plazo. La actividad ganadera es imprescindible para el mantenimiento de nuestro entorno y para el presente y el futuro del medio rural asturiano. En cada concejo de Asturias se asienta una ganadería de Ternera Asturiana, si desapareciera sería una catástrofe. Pero el ganadero ha de ver reconocidos estos esfuerzos. Es necesario un equilibrio.

–¿Le preocupa el relevo generacional?
–Hay que hacer el campo atractivo para los jóvenes. Muchos quieren dedicarse a la ganadería, tienen vocación, afición e intención, pero deben percibir una remuneración justa por sus esfuerzos, deben tener acceso a liquidez para hacer frente a los gastos, muy numerosos y más cuando comienzas una actividad. Si de verdad queremos que haya futuro en el campo, hay que acompañar las buenas intenciones con hechos y facilitarlo con buenos servicios, comunicaciones y accesos a internet.

–Es mujer ganadera. Sabemos el papel que han tenido, estas pero, ¿cuál tiene ahora?
–Como tantas mujeres de Asturias, soy ganadera, madre, esposa y gestora de la casa y la explotación. El papel continúa siendo destacado. Resulta fundamental visibilizar los proyectos, apoyarlos y que puedan servir de estímulo. Apostar por un relevo generacional en el que las mujeres tengan el protagonismo y el respeto que les corresponde es un paso fundamental para un campo asturiano con futuro, más profesional, igualitario y competente.