España cerró 2024 con un total de 732.258 asalariados y 284.711 compañías y autónomos en el sector agrario
A. S. GONZÁLEZ
Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, cuya organización miembro en Asturias es USAGA, pone cifras a la crisis del campo y cifra en 14.300 empresas y 35.000 empleos los perdidos en el sector agrario en los últimos cuatro años. Autónomos y microempresas soportan el grueso de estas reducciones y acumulan más del 70% del empleo perdido.
España cerró 2024 con un total de 284.711 compañías en el sector agrario -agricultura, ganadería, selvicultura, caza y pesca- y 732.258 asalariados. De estas empresas la inmensa mayoría, entorno al 61,3% serían autónomos que no cuentan con ningún asalariado, y otro 34,8% microempresas con menos de 10 trabajadores.
La preocupante tendencia del ámbito agrario es inversa a la del grueso de sectores económicos, donde el número de sociedades se ha mantenido prácticamente estable desde diciembre de 2021, oscilando en torno a algo más de 2,6 millones, según los datos obtenido por la organización procedentes del portal IPYME del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
El sindicato cree que los datos restan peso al “argumento de que se ha producido una reestructuración hacia el mayor dimensionamiento de las explotaciones”, un proceso que “también se ha dado, pero a más largo plazo” y que se dirige hacia la intensificación y la mecanización de las explotaciones, con la consiguiente reducción de mano de obra asalariada.
“A quien puede extrañar que los agricultores y los ganaderos nos sintamos ofendidos cuando nos almorzamos con titulares del Ministerio sobre subidas estratosféricas de la renta agraria” protesta Unión de Uniones. El sindicato lo considera “pura ficción” porque “no hay quien se crea que en un sector con incrementos de renta del 40% en los últimos cuatro años se cierren empresas y se pierda trabajo”.
La organización reclama al Gobierno, a las Comunidades Autónomas y a las fuerzas políticas que tomen conciencia de la importancia estratégica del sector y que depositen la confianza en los profesionales que tiene en esta actividad su fundamental medio de vida para revertir esta situación e impulsar el papel de motor económico y social de nuestra agricultura.