FADEMUR lanza un etiquetado para distinguir el aporte social y ambiental de sus productos

A. S. GONZÁLEZ

La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) lanzará al mercado una nueva etiqueta para reivindicar la contribución social y ambiental de las emprendedoras rurales, cuya producción se ve a menudo eclipsada por las grandes marcas, con una capacidad para competir en precios y volumen significativamente mayor.

El proyecto, en fase piloto, es trasladar al consumidor final de forma efectiva los beneficios adicionalesa la hora de adquirir un producto, teniendo en cuenta unos factores que promuevan un consumo más consciente y responsable.

“El medio rural es mucho más que producción de alimentos y materias primas. También es el custodio del territorio. Como tal, produce y reproduce territorio y cultura, biodiversidad y servicios de ecosistemas, fijación de población y tejido social.”, explica Teresa López, presidenta de la organización.

Con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, las primeras etiquetas llegarán a  una treintena de productoras y recogerán los ítems necesarios para poder valorar y evaluar sus contribuciones en términos sociales, económicos y ambientales al conjunto de la sociedad.

Dentro de estos elementos medibles se encuentran algunos de carácter social y económico, como el fomento del empleo local, el modelo de economía familiar, la participación femenina y su proporción en la actividad, si se promueve el empleo joven o si la producción crea sinergias con el entorno, entre otros.

Respecto a los elementos de tipo ambiental, se tiene en cuenta cómo afecta la creación del producto a la biodiversidad, si la actividad se desarrolla en algún espacio protegido o si favorece la extensión de ecosistemas, entre otros.

Con los resultados de cada evaluación se emitirá el etiquetado correspondiente a cada productora para que lo incluya en el envasado del producto final, así como en sus webs y redes sociales y de esta forma, favorecer una competencia basada en otros valores agregados significativos.

Será, pues, un sello diferenciador que va más allá de la calidad y el sabor. Por un lado, está el aspecto de la fijación de población en el territorio ya que las actividades rurales ofrecen oportunidades de empleo y desarrollo personal en áreas que, de otra forma, estarían sujetas a un progresivo abandono y despoblación

Los productos contribuyen, además, al fomento del tejido social. Las actividades suelen estar profundamente arraigadas en la cooperación comunitaria y en la transmisión de conocimientos y tradiciones de generación en generación. Y también está la cuestión ambiental, vinculada a una agricultura más sostenible.

Fademur destaca, por último, el papel de estas actividades en la conservación de la biodiversidad y en el mantenimiento de paisajes culturales dado que los sistemas de producción tradicionales promueven una mayor diversidad biológica tanto en cultivos como en especies silvestres.