La bodeguera Beatriz Pérez, con uvas ya vendimiadas en una de sus parcelas, que se caracterizan por lo empinado del terreno y la alta calidad de sus vides. / Fotos: Pablo Lorenzana
Calidad y cantidad. Los viticultores afrontan la primera semana de recogida con buenas sensaciones. «Parece el mejor año de los últimos cuatro»
ÁNGELA RODRÍGUEZ
Aún es pronto para tener datos exactos, pero todo parece indicar que este año será de temporada «alegre» para los viticultores del Suroccidente. Acostumbrados a mimar sus viñedos en laderas de pronunciadas pendientes, rodeados de montañas, los ‘héroes’ del vino afrontan ya los primeros días de recogida de uva, en un año en el que la escasez de lluvia y el aumento de las horas de sol favorecen a los viñedos asturianos.
«Sólo llevamos dos días de vendimia, pero este año pinta bien. Hay calidad y cantidad. Parece que este será el mejor año de los últimos cuatro», augura Beatriz Pérez, viticultora y directora de Bodega Vidas. Con cinco hectáreas y media de viñedo viejo, la suya es una bodega «familiar», donde trabajan normalmente dos personas, «aunque en época de recogida hay mas gente». Estos días seleccionan los primeros racimos de «las variedades blancas y el verdejo negro», con los que elaborarán su vino bajo los estándares de calidad de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Vino de Cangas.
Una calidad, la de estos vinos de carácter atlántico, también avalada en su origen por el Centro de Investigación, Estudio, Salvaguarda, Coordinación y Valorización de la Viticultura de Montaña (CERVIM). El organismo que reconoce a la zona de la DOP Cangas –que comprende los territorios de Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Grandas de Salime, Ibias, Illano, Pesoz y algunas zonas de Tineo–, como zona de viticultura heroica. «Es un sello de calidad que reconoce el duro trabajo asociado a la localización de las viñas, con pendientes de más del 30%. Por dichas condiciones el trabajo en la viña es manual, sin posibilidad de mecanizado», destacan en la bodega familiar Vidas.
El pasado año, recuerdan, no fue fácil. La DOP cerró la campaña –que se desarrolló entre el 9 de septiembre y el 4 de octubre– con una «vendimia pequeña». Fundamentalmente por las enfermedades que afectaron a los viñedos.
«Intentamos buscar para conservar la identidad de las variedades y la esencia del vino de Cangas», asevera Juan Alonso
«La campaña se terminó trece días antes que en 2021. Los primeros pronósticos de cosecha hacían pensar que se alcanzaría el récord de producción de todo lo que va de siglo para la marca de calidad Cangas. Pero finalmente la climatología tan complicada con alternancia de calor y humedad, favoreció el desarrollo de enfermedades fitosanitarias y este problema afectó tanto a los viñedos de Cangas del Narcea como los de Ibias. Y se llegó, en algunos casos, a acabar con la totalidad de la cosecha de alguno de nuestros viticultores», apunta la DOP.
Esto motivó que el 1 de agosto de 2022, el pleno del consejo regulador se reuniese con carácter extraordinario para declarar la excepcionalidad de la cosecha y modificar el plazo de inscripción de parcelas para la vendimia 2022, permitiendo inscripciones de parcelas nuevas hasta el primer día de septiembre. En total, se inscribieron trece nuevas parcelas pertenecientes a siete nuevos viticultores.
Finalmente, el total de producción de la campaña pasada fue de 87.735 kilos de uva. De ellos, un 57,7% fueron de uva blanca, y el resto, un 42,3%, de uva negra. En concreto, la producción de uva negra cayó un 40 % con respecto a la cosecha anterior , «que también había sido pequeña», confiesa la DOP.
Si la actual será de récord, o al menos servirá para resarcirse de la última, aún no puede saberse. Eso sí, los viticultores mantienen las buenas sensaciones en estos primeros días de recogida. «El año viene muy sano. Hubo poca lluvia en los meses estivales y las plantas sufrían de sequía. Y también es cierto que estos primeros días el tiempo está muy inestable. Pero empezamos con ánimo, estamos contentos, porque la calidad es muy, muy buena», asegura Juan Alonso, viticultor vinculado a la Bodega Casa Manunca Viñedos de Asturias.
«El año pasado sufrimos enfermedades, pero este hay calidad y cantidad», asegura Beatriz Pérez, directora de Bodega Vidas
En Villarín de Limés, recoge los racimos a lo largo de sus cuatro hectáreas, mientras explica una de las claves del ancestral oficio. «Intentamos buscar el equilibrio para conservar la identidad de las variedades y la esencia del vino de Cangas», señala mientras trabaja entre «el verdejo negro, una variedad temprana que nos gusta».
Durante diez o doce días su vida gira en torno a las uvas. «En la elaboración en bodega estamos hasta la una o las dos de la madrugada. Pero merece la pena. Estamos hablando de un 2% de pérdida, que no es nada significativo», celebra el viticultor.
Las variedades autóctonas de la zona son el Albarín blanco, Albarín negro, la Mencía, el Carrasquín y el Verdejo negro, que suponen la práctica totalidad de la uva vendimiada, cerca de un 98%. Del Albarín blanco se recoge normalmente más producción, mientras que la Mencía y el Albarín negro reinaron el pasado año entre las variedades de tinto –seguidos del Carrasquín y el Verdejo negro–.
La producción total del 2022 fue de 87.735 kilos de uva. El 57,7% blanca y el 42,3% negra, según datos de la DOP Cangas
Según el reglamento de la DOP Cangas, tanto para variedades tintas como blancas, la densidad de plantación se debe situar entre las 3.000 y las 6.000 cepas por hectárea. Asimismo, con el objetivo de primar la calidad sobre la cantidad, los productores amparados bajo el sello no podrán utilizar máquinas de acción centrífuga de alta velocidad y prensas continúas en las prácticas enológicas. «En la extracción del mosto las presiones que se apliquen darán un rendimiento máximo en el proceso de transformación que no excede de 70 litros de vino por cada 100 kilos de uva», precisa el organismo.
Así pues, además de personalidad, el caldo de Cangas tiene calidad, nombre y prestigio. La concesión en el año 2000 de la figura de protección Vino de la Tierra de Cangas y en el año 2008 de la figura de Vino de Calidad de Cangas permitió el resurgimiento y la recuperación del viñedo –que había descendido notablemente con la llegada de la industria minera de carbón– y la elaboración de vino, que se había mantenido durante la última mitad del siglo pasado. Un sector que sigue, con profesionalidad artesanal, mirando al futuro.
LOS DATOS A SUPERAR
- 87.735 Ese fue el número de kilos recogidos, según datos de la DOP, en la anterior campaña.
- 40% El descenso que se produjo, el pasado año, en la cosecha de las variedades tintas.
- 2% los viticultores cifran en 2% la pérdida durante la recogida. actual. «Nada significativo».
- 70 son los litros de vino que pueden extraerse de cada 100 kilos de uva, según la DOP