Arbeyos ecológicos cultivados en Pruvia. / Pablo Nosti

En el Día Mundial del Medio Ambiente, Asaja lamenta que los discursos «grandilocuente se olviden de los «guardianes invisibles de la tierra»

A. S. GONZÁLEZ

En el Día Mundial del Medio Ambiente, Asaja recuerda en boca de su presidente, Pedro Barato, el importante papel que juegan los trabajadores agrarios, guardianes invisibles de la tierra. «Cuando hablamos de medio ambiente, rara vez se piensa en el agricultor que cuida sus suelos año tras año, que rota cultivos, que mejora su fertilidad y que aplica técnicas cada vez más precisas y respetuosas», lamenta.

Y añade: «Mientras otros redactan estrategias, ellos ponen el despertador a las 5 de la mañana, riegan sus cultivos con mimo, alimentan sus ganados, mantienen sus acequias limpias, reparan cercas, controlan plagas con métodos naturales y aplican la innovación donde pueden».

El sindicato alude, por ejemplo, al cuidado de los suelos con la rotación de cultivos y al uso de técnicas cada vez más precisas y respetuosas. Los sistemas agrícolas sostenibles conservan hasta un 30% más biodiversidad que los convencionales. La agricultura de conservación pueden aumentar hasta un 20% la capacidad del suelo para retener agua y reducir la erosión en más de un 50%.

El pastoreo extensivo contribuye también a la prevención de incendios forestales. El ganado limpia montes, reduce la biomasa y rompe el ciclo del fuego, acabando hasta con el 90% del material combustible en ciertas áreas. Los montes asturianos afrontan esta problemática y, de hecho, el proyecto Lifesore, que implica entre otras institucional al Serida, estudia Silfore, cómo conjugando producción forestal con el pastoreo de razas autóctonas.

Barato alude al problema del agua y reclama «valentía política» a la hora de planificar su almacenamiento para evitar la puesta «en riesgo la soberanía alimentaria europea». «Los embalses no son enemigos del medio ambiente si se planifican con inteligencia. Son garantes de estabilidad para miles de explotaciones que dependen de un recurso cada vez más volátil», opina.

«En estos días se publican discursos grandilocuentes. Desde Bruselas, la Comisión Europea ha presentado su nueva Estrategia de Resiliencia Hídrica. Palabras bonitas, objetivos ambiciosos: restaurar los ciclos del agua, reducir el consumo, proteger la calidad, promover soluciones basadas en la naturaleza… Y sin embargo, en los papeles oficiales, el campo apenas aparece», afirma.

Asaja cree que si Europa quiere verdaderamente garantizar su seguridad alimentaria, su soberanía energética y su adaptación climática, tiene que mirar de frente al campo e invertir en infraestructuras hídricas modernas, en innovación genética, en maquinaria eficiente, en asesoramiento técnico o en simplificación administrativa.

«En el Día Mundial del Medio Ambiente, lo justo es que lo digamos alto y claro: sin agricultores y ganaderos, no hay medio ambiente que salvar», concluye.