Ganaderos y reses en la feria celebrada en Corao. / P. Nosti

La feria de Corao, reflejo de la incertidumbre de los ganaderos. El impacto de la nueva PAC y la subida de los costes preocupan a los ganaderos asturianos. Los precios suben, pero no llegan a compensar los gastos

CLARA GARCÍA SANTOS

Mucha gente y pocas reses. Esa era la estampa que dejaba la feria de ganado de Corao, que se saldaba con la mitad de animales que el año anterior. En concreto, con 500 cabezas de ganado, principalmente vacuno, si bien también se pusieron a la venta caballos y reciella. Los ganaderos de la zona atribuyeron la mengua del número de reses a los recelos ante una PAC que llega cargada de incertidumbres. «Como aún no se conocen los requisitos de las ayudas, muchos optan por la cautela y han preferido quedarse en casa», apuntaba José Antonio García, regidor de pastos de Covadonga.

La merma de las reses hizo que la primera cita ganadera del año fuese más bien floja. No obstante, la tímida subida de los precios, de entre 20 y 50 euros, compensaba un poco la balanza. Las vacas de asturiana de los valles paridas cotizaron de media entre 1.000 y 1.500 euros, mientras que en casina los precios se movieron 800 hacia arriba y en cruzada cerca de los mil.

El alza de los precios no pilló por sorpresa a nadie. «Con los costes disparados, era cuestión de tiempo», comentaba Javier Suero, vecino de la zona. Desde Libardón, en Colunga, llegó Manuel Roza, quien apreció «poco ganado y poco comprador». Echó en falta las mil quinientas reses que llegó a haber otros años: «Se mató mucho animal por la subida del forraje y los piensos». Advirtió, no obstante, que «el 95% de los tratos» se cerraron ya en la tarde del jueves. A eso de las doce José Manuel Martínez, criador de Igena, en Cangas de Onís, había vendido un par de vacas casinas a 1.100 euros. Él había acudido con menos ganado que otras veces por culpa, entre otras cosas, de los ataques del lobo.

 

Víctimas del lobo

«Hace dos días me entró uno en la finca y mató una novilla», contó. Aparte del daño económico que supone la pérdida de reses, a Martínez le duele decir adiós a los animales que ha visto crecer: «Yo no quiero la ayuda, quiero que mi ganado esté a salvo».

Un ganadero, con una yegua y su cría. / P. Nosti

Un ganadero, con una yegua y su cría. / P. Nosti

José Antonio García, ‘Toño el de Mestas’, hizo bastante caja ayer, aunque menos que otros años. «De las 148 vacas que bajamos vendimos unas 116», comentaba a media mañana, todavía con margen para vaciar su camión. Eso sí, el grueso de los tratos los cerro la víspera con ganaderos asturianos fundamentalmente, pero también con cántabros, gallegos y algún que otro vasco.

Hasta Corao se desplazaron también representantes de la política asturiana como el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo; el candidato del PP, Diego Canga; el de Foro, Adrián Pumares, y la de Vox, Covadonga Álvarez.