Plantar manzanos de sidra en Asturias debería ser el pan de cada día del sector, un sector que se debate permanentemente entre el bajo precio que se paga por la manzana y la necesidad de garantizar un nivel de producción suficiente para abastecer a los llagares
OCTAVIO VILLA
Invertir en plantaciones de manzano es algo que hace, hoy, muy poca gente. Y, eso sí, el que lo hace toma la decisión siempre con criterios económicos en la cabeza. Cada hectárea de terreno tiene que producir lo suficiente como para que, a precios bajos para la manzana este cultivo sea rentable.
Así lo está haciendo la familia Exner en la Finca Gallinal, a caballo entre Gijón y Llanera, donde esta semana acaba de plantar 4.200 manzanos de 6 variedades amparadas por la DOP Sidra de Asturias. Esta plantación se ha llevado a cabo en las últimas parcelas adquiridas hace dos años en la aldea de Peridiello, en la que parte gijonesa de la explotación.
«Nuestra apuesta por la DOP Sidra de Asturias es total» afirma Daniel Exner, gerente de Finca Gallinal, que añade «a los llagares cada vez les resulta más difícil abastecerse de manzana autóctona, así que hay que plantar si bien entendemos que las plantaciones de manzana de sidra en Asturias deben realizarse de una manera diferente para lograr una rentabilidad necesaria en este cultivo».
Concretamente se ha aumentado el número de árboles de las variedades de Regona, Durona de Tresali, Verdialona y Carrió y se ha plantado por primera vez las variedades Collaos y Raxona Dulce, ésta última perteneciente al grupo de variedades de mejora genética de SERIDA.
Se eleva así a 20.000 el total de árboles plantados a los que se unirán otros 1.500 en 2025 y alcanzar así un potencial productivo de 600 toneladas. Tras la compra en 2015 de la pomarada en Gallinal, la familia Exner no ha dejado de apostar por la innovación y renovación de la plantación tratando siempre de lograr la mejor calidad de manzana de sidra y ofrecer el mejor servicio posible al llagarero.
Se ha incorporado sistema de riego por goteo, maquinaria y más recientemente los sistemas de sujeción y entutorados necesarios para mejorar la productividad y manejo de la plantación.
La lucha contra la vecería (ya sabe usted, la aparente maldición de que uno de cada dos años de cosecha de manzano es mala) es constante y los nuevos sistemas de plantación confirman que la regularización de cosechas entre años es posible. «La viabilidad de una pomarada pasar por obtener al menos 20 toneladas por hectárea cada año y estamos comprobando que esto sólo es posible si se hace un planteamiento de plantación más intensivo, se invierte en sistemas de sujeción y se trabaja muy intensamente en el árbol los 365 días del año desde el momento en que se planta».