La DOP busca convertir en fortaleza su limitada producción, posicionando el producto por calidad

A. S. GONZÁLEZ

España cuenta con la friolera de 70 denominaciones de origen, entre ellas el Vino de Cangas, que representa Asturias en solitario en el mapa enológico nacional. La dop regional crece y, más allá del número de bodegas que la conforman, ocho en la actualidad, en tres años se ha triplicado la uva recolectada, de los 80.000 kilos a los 250.000.

El aumento no esconde la naturaleza de la denominación más pequeñas del país. “No podemos competir en cantidad ni ir a volumen, tenemos que centrarnos en otros atributos. La calidad es el camino”, explica Adrián Fernández, el joven presidente de la DOP.

Lejos de interpretar su tamaño como una limitación, el Vino de Cangas quiere posicionar esa “exclusividad” como una de sus grandes virtudes. Con ese objetivo se presentaron los caldos en The Wine Edition, sección de Madrid Fusión dedicada a los espirituosos.

El Consejo Regulador contó con un stand propio y tres ‘corners’ de degustación, separándose del resto de representación asturiana, presente en el stand del Principado. “Aquí es donde tenemos que estar. Es el mejor escenario para mostrar que se están elaborando excelentes vinos y que nos descubran los profesionales al más alto nivel”, explica el bodeguero.

El objetivo, pues, no es aumentar la comercialización, sino posicionar los caldos a otro nivel. “No queremos más ventas. Queremos que el vino de Cangas se venda al precio que se merece, destacando su identidad, su calidad y su exclusividad. Se están elaborando vinos excelentes”.

La cata del vino habla por si sola pero también cuenta el relato. La viticultura heroica que nace en escarpadas laderas, las pequeñas bodegas artesanas, la tradición vitivinícola que se remonta a más de mil años atrás, la peculiaridad de sus suelos pizarrosos y la antigüedad de sus viñedos sujetados en espalderas… El vino de Cangas quiere enseñarse y distinguirse.