La patronal advierte de la «difícil» situación de la industria láctea, «difícil en medio de la guerra de precios de los supermercados y con una de las leches como materia prima más caras» de la UE

A. S. GONZÁLEZ

La Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) lanza, una vez más, la voz de alarma. Durante el primer semestre de 2024 España, importó 200.000 toneladas de quesos pulverizando así todos los registros existentes hasta el momento. Ese dato supone un 15% más que en el primer semestre de 2023, cuando llegaron 173.000 toneladas de quesos, cantidad que era el récord hasta ese momento.

Los quesos nacionales, especialmente los de vaca y mezcla producidos en nuestro país, están siendo desplazados en los lineales y sustituidos por quesos de fuera de bajo valor. Los datos de importaciones de la Agencia Tributaria reflejan, además, la entrada de volúmenes importantes de ingredientes lácteos, como la leche en polvo, que se utilizan en otras industrias alimentarias, desde la pastelería a las galletas o helados.

Todo ello refleja que los quesos per también los ingredientes para la industria alimentaria que se fabrican en nuestro país con leche española también están siendo sustituidos por extranjeros. A ello se suma la política de los supermercados de usar los lácteos, especialmente, la leche líquida UHT como productos reclamo para la atracción de consumidores.

FeNil vincula la “falta de competitividad” de la leche española con su contenido nutricional ya que contiene menos sólidos -grasa y proteína- que en el resto de Europa. Esto no afecta a la calidad de la leche, pero repercute en la menor producción de alimentos lácteos.

Según el Barómetro de la industria láctea, que publica la organización, España encadena 18 meses con precios de la materia prima situados por encima de la media de la UE, “de acuerdo a su contenido de sólidos”. Francia, Alemania, Holanda, Dinamarca o Portugal se sitúan por debajo.

Todo ello, coloca a las industrias lácteas en una «difícil»  situación que el director general de FeNIL Luis Calabozo, resume así: «Los altos costes que nos supone la materia prima y la guerra de precios de los supermercados, provocan en la industria láctea española un efecto sándwich que erosiona los márgenes de las compañías, sobre todo de las PYMES, y pone en riesgo su rentabilidad a medio plazo».