El buey ‘Paquito’, que pesa 1.300 kilos, en la ganadería sierense de Santa Eulalia de Vigil / A. F. G.
El animal fue alimentado bajo los estándares de calidad de la Indicación Geográfica Protegida de Asturias en su categoría de Vacuno Mayor
A. FUENTE
‘Paquito’ es un animal «único» en Asturias. Lo dice quien fuera su criador, José María Antuña, que se define como ganadero por devoción, aunque es taxista de profesión. «Es que esto no da para vivir», aprovecha para quejarse. Se coloca al lado del rumiante para ofrecer una perspectiva de su imponente tamaño. «Es que son 1.300 kilos lo que pesa –los terneros que había al lado rondaban los 500–, y eso le afecta ya a las patas. Apenas puede sostenerse. Y de moverse, eso ya no hablamos. Es casi imposible». Eso ahora, porque este buey ha tenido una placentera vida de seis años con mimos constantes y de cuidados de su propietario. Pero ya le llegó el momento; el pasado miércoles 17 acudió un camión a este núcleo –muy próximo a La Pola– y fue trasladado al matadero. Después, su carne –una vez madurada– se venderá en establecimientos hosteleros de la región. ¿El precio? Un kilo de chuletón de ‘Paquito’ podría superar los cien euros.
Se ha vendido por 10.000 euros a la empresa allerana Casa Milia, que dará a degustar su carne en restaurantes asturianos
‘Paquito’ ya despuntó al poco de nacer. «Se compró, con otro lote de terneros, y vimos que era más grande que los demás. Y me animaron para que lo castrase cuando contaba con siete meses». Y desde entonces ha llevado una vida placentera. Cuando podía, salía del establo para dar paseos por los verdes prados de la zona y, en ocasiones, se coló en alguna finca de un vecino. Comía hierba fresca y era alimentado, también, con abundante pienso. «Pero no de lo normal, qué va. Uno especial para poder cumplir con los requisitos fijados por el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de Asturias, en categoría de Vacuno Mayor. Se ha zampado unas 12 toneladas», aseguró Antuña. «Cuesta mucho ver bueyes como este porque no hay rentabilidad». Por eso, admitió, ya o volverá a meterse en un trabajo como éste. «Ya no vuelvo a criar otro buey».
«No compensa»
Pero, ¿merece la pena criar un buey? Solo ese pienso que comió le ha supuesto a su criador más de 6.000 euros. A esto hay que sumar otros muchos gastos que conlleva la cría de un buey. ¿El precio venta? Han sido unos 10.000. «Al final, no he tenido beneficio alguno por al animal, salvo la satisfacción de verlo crecer y que va a estar en las mesas de restaurantes de Asturias. Porque esa fue una de las condiciones que puse, que no se marcha fuera de la región. Finalmente, el animal fue adquirido por una empresa cárnica de Felechosa, Casa Milia, y será servido en restaurantes del concejo de Aller y de Oviedo. «Se trata de una firma que siempre ha apostado por carnes de alta calidad». El proceso de maduración, antes mencionado, será largo y se prevé que la carne para su degustación pueda estar lista para las próximas fiestas de Semana Santa, que este año es a finales de marzo.
El precio de un kilo de chuletón será también de récord: «Puede llegar los cien euros», afirma el criador, José María Antuña
Lo de Antuña por la ganadería es pasión desde que tenía catorce años, «y tengo cincuenta y cinco». No viene de tradición familiar, pero sí que fue un abuelo suyo quien le regaló sus primeros terneros y de ahí nación su afición por la cría de vacuno. «No es mi principal actividad, porque en mi cabaña suele haber, cuando más, una veintena de cabezas. De esto yo no puedo vivir, pero sí que me gusta», explicó.