Nacho Acebal, con su hijo, en su finca de Lavandera. / D. Arienza

Las Llavandera Suffolk han conseguido ser referente internacional gracias a la constancia de Nacho Acebal: quien confiesa que no fue un camino fácil

ALBA GARCÍA MATEOS

Si van por la zona de carretera de Lavandera en Gijón, quizá se encuentren con una raza de ovejas que al verla seguramente les traslade a los campos de Inglaterra. Estamos hablando de las ovejas Suffolk. Esta raza originaria de Reino Unido es lo que ha hecho conocida la granja de Nacho Acebal.

Este criador compagina su vocación por estos animales con el trabajo de Policía Local en Pravia. “Me conocen como ‘el municipal de les oveyes’. Es una afición, si me quitan esto no sabría qué hacer”, dice.

Su gusto por las ovejas viene desde que era pequeño, con nueve años comenzó a tener su propio rebaño. La curiosidad por esta pasión le llevó a descubrir a través de internet esta raza, consiguiendo sus primeros ejemplares en Bélgica hace veinte años. “Comencé poco a poco, los viajes a Bélgica los hice con mi padre, fue quien me animó siempre. El alma de esto era mi padre”.

Con 26 años y tras conseguir un trabajo estable, es cuando decide emprender. Construyó su casa y consiguió traer los suficientes ejemplares para hacerse un nombre en este sector tan desconocido por entonces en este país. “Los inicios fueron duros. El mayor problema era traer los animales a España. Hoy en día hay más facilidades”, asegura.

Las ovejas de Llavandera Suffolk

Las ovejas de Llavandera Suffolk

Con el tiempo, su marca, Llavandera. comienza a darse a conocer. A partir del 2010 se posiciona como referente de suffolk ganando varios campeonatos nacionales e internacionales. Esto lleva a Nacho a ser el primer y por ahora único juez español de la Suffolk Sheep Society. Esta asociación se encarga de proteger la raza y apoyar a quienes la impulsan. “Por ahora solo hay tres jueces que no sean de las islas británicas. Un holandés, un belga y yo. Esto fue un gran paso para tener más reconocimiento”, explica.

La buena genética de sus animales le ha llevado a exportar a varios países europeos e incluso lugares como México, Canadá y Costa Rica se han sumado a la lista de clientes: “Hay muchos países interesados, incluso China está entrando en este mercado. Yo ya estoy en contacto con uno de estos compradores”.

Estos ejemplares llegan a pesar unos 120 kilos. Esto supone un mayor gasto en su mantenimiento puesto que comen el doble. Los pastos verdes de Asturias ayudan, pero la sequía de este año está suponiendo que el coste sea mayor. Actualmente, Acebal, cuenta con 25 madres reproductoras, 5 sementales, 10 corderas en reposición las cuales entrarán en producción a partir del verano, y 50 ovejas de raza carranzana, que utilizan como vientres de alquiler para embriones de Suffolk. Cada Suffolk cuenta con un nombre. Nacho, destaca entre risas a ‘Benzema’, ganador del campeonato nacional y del que espera más triunfos como semental.

Las Suffolk debe tener la cabeza y patas negras. Su lana es muy blanca. Sin embargo, en los concursos, suelen teñirse de un color amarillento o anaranjado. “Esto se debe a la utilización de desinfectantes con yodo en los orígenes de los campeonatos de Reino Unido. Hoy en día se hace por estética. A mí personalmente no me gusta porque tapa defectos”, confiesa Acebal.

Las carranzanas, con la que comparten cuidados, sirven como vientres para los embriones

Las carranzanas, con la que comparten cuidados, sirven como vientres para los embriones

Conseguir hacer un rebaño de este nivel cuesta mucho dinero. Nacho Acebal aspira lograr tener su línea de animales propia e identificable: “Lo que espero del futuro es disfrutar de esto. Llevo muchos años invirtiendo en genética. Tuve que construir una nave que me costó un montón de dinero. Quiero mejorar y que conozcan la Llavandera como raza única”, afirma.

Acebal se levanta a las 6.00 para atender a sus ovejas antes de ir a trabajar. Al volver a casa está con sus dos hijos y continúa la faena con sus animales. “Yo no vivo de esto, pero vivo para ello. Puedo pasar horas con las ovejas”. Además, Nacho se prepara para los próximos campeonatos. Espera con ganas el que posiblemente se organice para el próximo año: “Pretenden hacer un reto ibérico, españoles frente a portugueses. Espero que en los próximos años también se organice el campeonato de Europa. Por ahora, la meta es ganar a los portugueses”. No será fácil. Pero su entusiasmo por esto es lo que le ha hecho no solo resistir, sino mantener su afán por permanecer en lo que persiguió desde niño, ser ovejero.