Los técnicos del Serida consideran «imprescindible» una renovación varietal del cultivo e invitan a los agricultores a replantearse las fechas de cosecha

A. S. GONZÁLEZ

En primavera y verano, en otoño y también en invierno. Los arándanos se integran en fruterías y lineales de los supermercados durante todo el año, reflejo de la expansión y popularización del fruto.

«Ya se puede afirmar que la temporada natural del arándano se ha alargado y está presente en la mayoría de los supermercados los 12 meses del año, manteniendo un precio estable como ocurre con la mayoría de las frutas más consumidas», asumen los investigadores del Serida Juan Carlos García, Marta Ciordia y Guillermo García en el estudio ‘Nuevo escenario para la producción de arándano en Asturias’.

El trabajo identifica los retos de la producción de baya en el Principado, del recambio varietal al replanteamiento de las fechas de cosecha, el control de riesgos climáticos, la mejora de la calidad o la gestión del periodo improductivo. Que el arándano esté de moda y su consumo se haya disparado supone una oportunidad para Asturias, donde hay cultivadas más de doscientas hectáreas.

La expansión del cultivo comenzó más de 15 años atrás. Muchas de las variedades plantadas entonces son hoy rechazadas por un mercado que demanda una textura diversa y menor acidez. Por ello, «resulta imprescindible una renovación varietal del cultivo» en la región. Propone el Serida nuevas variedades con “gran potencial productivo y de calidad de fruto”, como Highbush del Norte o Highbush del Sur.

El mercado cada vez más global y por tanto más competitivo, obliga a replantearse las fechas de recolección más adecuadas. Entre finales de mayo y julio, el fruto alcanza el mejor precio de mercado. Producir en estos meses haría «menos imprescindible» la cubierta para la lluvia -aún así recomendable- con la consiguiente reducción de costes y se elimina el riesgo de la principal plaga en nuestra región, la Drosophila suzukii, que actúa a partir de agosto.

El Serida aconseja a los productores cubrir sus cultivos con estructuras ligeras, a modo de paraguas durante el periodo de cosecha, especialmente para las variedades tardías, de producción desde finales de julio en adelante: también analiza cómo optimizar la productividad. El ajuste y bajada de precios al agricultor y la subida de los costes de producción obligan a optimizar las técnicas agronómicas «para recoger la primera cosecha antes de los tres años de cultivo».

Para ello es fundamental preparar el suelo antes de la plantación y utilizar la máxima calidad de planta posible, ya que de ello dependerá la rápida y abundante entrada en producción. El cultivo sobre sustrato en contenedor es una técnica emergente cada vez más utilizada para la producción de arándano a nivel mundial y se está extendiendo a todos los berries.