El presidente de la Denominación de Origen, explica que «la uva ha madurado mejor que la anterior campaña»
SORAYA PÉREZ
Si la producción de fabes es la cruz, la de la uva puede ser la cara. O, al menos, esa es la previsión de los viticultores asturianos, que han visto como la cantidad de lluvia caída desde primavera y las temperaturas más suaves del verano favorecen el desarrollo de las vides.
Así lo explicó el bodeguero de Ibias Adrián Fernández, que se ha convertido recientemente en el nuevo presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Vino de Cangas. Según él «los meses de julio y agosto han sido muy buenos, casi perfectos», por lo que barrunta una muy buena vendimia. «Esperamos recoger alrededor de un 20% más que el año pasado. En lo que va de 2024 la uva ha ido madurando a su tiempo y de la forma adecuada».
Para el presidente del consejo regulador del Vino de Cangas «en 2023 la uva maduró mal, de forma acelerada debido a las altas temperaturas, que llegaron en algunos casos a los 46 grados. Con esas temperaturas el rendimiento (en litros) del vino disminuyó, pues hubo mucha uva que se perdió», destacó.
Tormentas de granizo aisladas
Beatriz Pérez García, también productora en Cangas del Narcea, no es tan optimista. Aunque sí cree que será un buen año, recuerda que «hubo alguna tormenta de granizo que afectó ligeramente las vides en algunos sitios de Cangas. Pero fueron casos aislados». En este sentido, indicó que una de las zonas más afectadas por las tormentas de granizo fue la zona de Cobos. «Allí la producción este año será muy baja», afirma.
Pérez no cree que «la producción de este año supere a la del año pasado, será muy parecida», concretó.