La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios autorizó el suero para el uso en ganado bovino la primera semana de julio
A. S. GONZÁLEZ
Llega al mercado la primera vacuna para combatir el virus de la enfermedad hemorrágica epizoótica serotipo 8. Vetia Animal Health ha anunciado que ya comercializa el suero para la inmunización activa del ganado bovino frente a una enfermedad conocida como el ‘covid de las vacas’ y que ha afectado a las reses asturianas.
La patología animal, que afecta a rumiantes domésticos y silvestres, se detectó por primera vez en España en noviembre de 2022 en el país y poco a poco se extendió por la península, escalando desde sur —el primer caso se registró en Cádiz— hasta el norte del país. A Asturias llegó a finales del pasado verano.
Su incidencia llevó al Principado a habilitar una partida de tres millones de euros para paliar los daños ocasionados, aunque fue la última región del norte en anunciar que lo haría. La afección en la región del mal ha sido muy superior a lo que recogen las estadísticas, tal y como reconoció la propia Consejería de Medio Rural y Política Agraria.
El suero, desarrollado por CZ Vaccines, filial del grupo Zendal, recibió en la primera semana de julio, la autorización temporal de uso en ganado bovino por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
El grupo biotecnológico ha destacado, junto al anuncio de la comercialización del suero, conocido como Hepizovac, la colaboración del organismo público en este proceso y la «gran sensibilidad de la que ha hecho gala con respecto a las necesidades de los ganaderos españoles, agilizando la decisión de dar luz verde al uso de la vacuna».
Al mercado llega una vacuna inactivada en suspensión inyectable que se administra, a partir de los 2 meses de edad, por vía subcutánea, en dos dosis de 4 ml con un intervalo entre ambas de tres semanas. Se presenta en viales de 100 ml (25 dosis) y 252 ml (63 dosis).
La enfermedad hemorrágica epizoótica se transmite por la picadura de mosquitos. El virus tiene muchas características morfológicas y estructurales en común con los otros miembros de la familia Reoviridae, género Orbivirus, especialmente con el virus de la lengua azul, enfermedad contra la que las reses asturianas fueron inoculadas esta primavera.
No afecta a la calidad de la carne y tampoco puede infectar a los seres humanos, pero puede provocar mortandad en el ganado vacuno. Entre otros daños, provoca a los animales cuadros respiratorios y puede llegar a afectar a su aparato reproductivo, derivando en abortos o en el nacimiento de animales más delicados.
Las reses infectadas pueden ser asintomáticas o presentar una clínica leve que incluye fiebre, anorexia, disfagia, inapetencia, cojera, dificultad respiratoria, secreción nasal y eritema de la ubre.