La crisis pasa factura a la especie en peligro de extinción aunque los criadores esperan que este año se produzca un cambio de tendencia
A. S. GONZÁLEZ
Asturias suma seis razas autóctonas en peligro de extinción. El gochu asturcelta es una de ellas y la situación del suido, lejos de alejar el riesgo de desaparición, ha empeorado notablemente en los últimos años. La región cerró 2023 con la mitad de ejemplares que cinco años antes, cuando llegó a contar con 1.888 animales.
Desde ese año, el descenso ha sido continuado: 1.471 en 2019; 1.439 en 2020; 1.228 en 2021; 968 en 2022 y los 903 del pasado ejercicio. Los criadores confían, no obstante, que la tendencia revierta este año y poco a poco las cifras comiencen a remontar.
El presidente de la Asociación de Criadores de Gochu Asturcelta, Moisés Noval, confirma un creciente aumento de interés por la raza. ¿Por qué ha descendido drásticamente la cabaña?
“En 2020, recibimos un varapalo muy grande. Trabajábamos sobre todo con hostelería y, con la pandemia, todo nos hizo un poco crack. Tratamos de reorganizarnos, de buscar nuevas líneas de comercialización y lo que pasó fue la Guerra Ucrania”, explica.
La subida del precio de los cereales y los costes terminó de dar la puntilla a muchas explotaciones. “Esto es el campo, lleva su tiempo recuperarnos. Nos mantuvimos otros dos años en unas cifras muy bajas pero yo creo que estamos empezando a recuperarnos este año un pelín”, añade.
El productor confía en un cambio de tendencia porque nota un interés creciente desde dos frentes: por un lado, el del consumo final y la hostelería, por otro, el de quienes se quieren incorporar al campo o que, ya estando, desean incorporar a los cerdos autóctonos a su cabaña.
El Bopa publicó esta semana el nuevo programa de cría, que busca mantener la variabilidad genética y aumentar el número de reproductores de raza pura. En la actualidad, 26 ganaderías colaboran en la iniciativa, gran parte de las cuales comercializan sus productos bajo el sello de calidad 100% raza autóctona, sello concedido precisamente en 2019.
El principal método de conservación del gochu asturcelta es el mantenimiento de los animales en vivo en explotaciones ganaderas que preserven su diversidad, pureza genética, rusticidad, nobleza y adaptación al medio mediante la cría en extensivo. Para ello, utilizan también los pastos que ofrece el territorio asturiano, en especial los bosques autóctonos, principalmente de castaño.