La mitad de la miel que importa Europa es sospechosa de estar adulterada. Mientras, los apicultores de la región han logrado un sello para su producto y batallan contra las plagas como la avispa velutina o la varroa que amenazan a sus abejas. Asturias producirá este año 225 toneladas de miel con Indicación Geográfica, garantía de calidad

ANA S. GONZÁLEZ

El momento es agridulce, tal y como lo describe Julio Fernández, presidente del consejo regulador de Miel de Asturias. La IGP ha mutado de vieja reivindicación a tangible realidad, lo que abre un mundo de posibilidades de promoción y concede al producto un valor añadido. Apostar por la miel de Asturias es hacerlo por el origen y la calidad, por el mundo rural y el paisaje.

La primera cosecha dentro del sello de calidad, que integra a 65 productores y 35 envasadores, ha alcanzado las 225 toneladas, la mayoría de las cuales se certificarán a lo largo de esta campaña. La identificación geográfica echó a andar hace solo unos meses en un momento crucial para aportar oxígeno a la apicultura, que afronta un escenario “complicado”.

Cientos de apicultores se concentraron a principios de mes en Madrid para reclamar al Gobierno medidas contra la “tormenta perfecta” que en Asturias se concreta en, al menos, cinco amenazas. Por un lado, el sector no es ajeno al aumento de costes. Las plantas de envasado sufren con el incremento de la factura eléctrica, el gasto en combustible para acceder a las remotas colmenas se ha disparado, ha subido el vidrio, el cartón…

El cambio climático golpea fuerte. La ‘desaparición’ de la primavera y el otoño tiene consecuencias para las abejas, que necesitan que las estaciones permanezcan inalterables. Las oscilaciones térmicas, detalla Fernández, no les benefician. No vale ni un diciembre con 25 grados ni un mes de junio que a duras penas alcanza los 10. Por eso, la cosecha de este año solo ha sido “aceptable” en términos generales, pero “mala” en algunas zonas del Principado. A nivel nacional, ha sido “catastrófica”.

El perjuicio de las avispas velutinas no ha cesado, a pesar de que las cifras del Principado constaten una “estabilización” en su avance territorial. Estos pequeños insectos invasores son capaces de arruinar entre el 40 y el 80% de las colmenas de un apicultor y llevan desde 2014 siendo un verdadero quebradero de cabeza.

En 2022, según los datos facilitados por la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial, se eliminaron 11.909 nidos, un 36,75% más que el año anterior. A pesar de la colocación de más controles y de que las condiciones meteorológicas favorecieron la dispersión, el sistema regional de trampas capturó un 17,16% menos de reinas. Sigue siendo demasiadas, especialmente en las zonas de costa, lamenta el responsable del consejo regulador.

Su mayor preocupación, sin embargo, no es esa sino un ser aún más diminuto. La varroa, ese pequeño ácaro que afecta tanto a las crías como a las abejas adultas está haciendo estragos. Mata más abejas que la avispa asiática. Es, de hecho, causante del 80% de las muertes de las abejas en Asturias.

Ahora, parece haberse hecho “resistente a los tratamientos” convencionales o estos ser “menos efectivos”. Los daños que produce no sólo devienen de su acción expoliadora ya que favorece, además, la aparición generalizada de infecciones víricas y bacterianas.

A combatir la quinta amenaza contribuirá el sello de la IGP. No es otra que la de las marcas que dan gato por liebre y etiquetan como miel un producto que no lo es. La mitad de las importaciones en la Unión Europea es sospechosa de adulteración, en particular mediante la adición de jarabes de azúcar, según una investigación de las propias autoridades comunitarias. Ocurre, sobre todo, con los tarros procedentes de China y Turquía.

Sellos de la Indicación Geográfica Protegida Miel de Asturias

Sellos de la Indicación Geográfica Protegida Miel de Asturias

Fernández invita a salir de dudas comprobando si los envases contienen el sello de calidad asturiano. Si está estampado en el recipiente, significa que lo que tiene entre manos es miel pura, elaborada según los estrictos controles que establece el pliego de condiciones.

El precio del producto es también revelador. “Si alguien pretende comprar el litro de miel a dos o tres euros, ya puede imaginarse lo que hay detrás…”, explica´. La IGP simboliza, a día de hoy, la esperanza porque es preciso trasladar al mercado el valor añadido del néctar asturiano. El siguiente paso es trabajar en la promoción, por primera vez al alcance de la mano incluso para los pequeños productores.