La presidenta de la IGP Ternera Asturiana, Isabel de la Busta, el consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, la directora general de Desarrollo Rural e Industrias Agrarias, Begoña López y la directora gerente de la IGP Ternera Asturiana, Elena Cebada Ramos, presentaron el balance anual de la marca de calidad / Foto: Pablo Lorenzana

La marca ha certificado 6,2 millones de kilos y 22.000 terneros y ha incorporado 104 explotaciones y cuatro mayoristas en 2022

JESSICA M. PUGA

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ternera Asturiana se enfrenta a un escenario complejo que ya ha provocado un freno en su crecimiento. La marca ha certificado en 2022 algo más de 6,2 millones de kilos y 22.000 terneros. Son unos datos casi un 12% inferiores respecto a la anualidad anterior, cuando rozó los 7 millones de kilos y superó los 24.000 terneros; aquello supuso un crecimiento del 0,1% respecto al año 2020.

El descenso del consumo de carne, la inflación y la subida generalizada de costes son las causas que apuntan desde la IGP como responsables de este frenazo. Durante la presentación del balance de 2022, celebrada en la Consejería de Desarrollo Rural este mediodía, incidieron especialmente en que a nivel nacional cada vez «se come menos carne». La directora gerente de la marca, Elena Cebada, se basó en datos del Ministerio de Agricultura para explicar la situación en tanto «el descenso en el consumo de carne es España es de un 19,3% en el último año, y alcanza el 30% si sumamos los datos de los dos últimos años», abordó.

Sin embargo, «lo más difícil, lo peor sin duda, para la ganadería asturiana está siendo asumir el incremento de los costes», matizó la presidenta del consejo regulador de la IGP, la ganadera Isabel de la Busta. «Sigue habiendo mucha incertidumbre. Los costes de producción son tan elevados que nos resulta complicado cebar los terneros, lo que dificulta satisfacer la demanda», continuó quien lleva al frente de la IGP Ternera Asturiana desde el pasado febrero. La buena noticia al respecto es que, según avanzó la directora gerente, «parece que los costes de producción empiezan a controlarse».

El balance que hacen de los datos de 2022 son «positivos», pese a lo complicado del panorama y a marcar un punto de inflexión en un histórico que ha ido creciendo de manera sostenible desde que en 2002 empezará su andadura la IGP Ternera Asturiana. Y lo son porque pese a ser casi un 12% inferiores a los presentados en 2021, siguen estando en lo alto de la tabla a nivel nacional. «De las 11 marcas cárnicas que hay en España, la nuestra es la segunda solo por detrás de la gallega», concretó Cebada. «Contar con una marca de calidad es una garantía para la comercialización, aun en momentos complicados», manifestó De la Busta. Por su parte, el consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, celebró que «pese a un contexto de crisis, la ganadería asturiana sigue fuerte» y que Ternera Asturiana sea «una marca patrimonio de ganaderos a defender por los consumidores».

El sello ha sumado 104 explotaciones a lo largo de 2022, alcanzando así cerca de 6.200 ganaderías. «Estas generan en el sector primario asturiano un valor de 31,5 millones de euros», manifestó Elena Cebada. El sector industrial también ha crecido, incorporando cuatro mayoristas. De esta forma, ya son 65 los que comercializan Ternera Asturiana en toda España, a través de 1.000 puntos de venta, un 3% más que en 2021. El 27% de la producción anual se comercializa fuera de Asturias. En su gran mayoría (95%) a puntos como Valladolid, León, Lugo, Madrid, Zaragoza y Toledo, entre otros.

Para la marca de garantía Vacuno Mayor Asturiano, que empezó en 2018 y la cual quieren convertir en una IGP, los números han sido muy similares. Su valor comercial se ha incrementado un 25% respecto al año anterior, superando los 850.000 euros. A lo largo de 2022, ha certificado más de 1,1 millones de kilos y 423 animales. Cuenta ya con más de 700 ganaderías y 19 comercializadores.

Lo que va de 2023 parece confirmar los datos del año anterior. En este primer semestre, la marca continúa experimentando un descenso de certificación del 17,5% sobre el mismo periodo del pasado año. «Estamos ultimando la puesta en marcha de un Plan Estratégico que se asentará sobre seis objetivos: asegurar la estabilidad económica de la IGP; consolidar y aumentar la certificación; comercialización y desarrollo de mercados; comunicación, marketing y posicionamiento; cooperación, y control de producto», avanzó la directora gerente. Llevan trabajando en este programa un año y medio y esperan que, pronto, empiece a funcionar.