Rodrigo Caunedo e Isabel Fernández con una de las cestas del proyecto ‘Caleya’ en la finca de Rural Ecolab / Pablo Nosti
El número de productores apenas ha crecido durante la última década pero la superficie se ha duplicado por la profesionalización del sector
A. S. GONZÁLEZ
En 2013, Asturias sumaba 72 productores hortícolas ecológicos. Entre todos, apenas cultivaban 24 hectáreas de terreno. Una década después, el número de operadores apenas ha variado – son 78, según los datos del Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias (Copae), en un total de 297 parcelas- pero la superficie prácticamente se ha duplicado y alcanza 45 hectáreas, un reflejo de la profesionalización del sector.
La proporción de tierras agrícolas destinadas a la agricultura ecológica aumentó en más del 50 % entre 2012-2020 en la Unión Europea. Aunque Asturias carece de un gran sector hortícola, tanto número de productores ni a superficie de huerta cultivada, la tendencia a producir de manera sostenible berenjenas, alcachofas, cebollas, espinacas, judías, lechugas,puerros, repollos o pimientos crece a razón de prácticamente el cinco por ciento anual.
En el Principado, apenas el 2% de la superficie agraria en uso corresponde a tierras de cultivo. El 29% de esas 350.000 hectáreas son prados y pastizales; el 58% es terreno forestal y el 11% se destina a otros usos. El carácter residual de la actividad “se refleja en el sector ecológico, que apenas ha crecido en número de operadores en los últimos 10 años, aunque los que había sí se fueron profesionalizando y aumentando las superficies de sus cultivos”, abunda Carlos Nuño, gerente del Copae.
Los huertos ecológicos asturianos se encuentran diseminados por todo el territorio regional. De Avilés a Sariego , de Tapia de Casariego a Colunga, de Cudillero a Nava, de Llanera a Valdés, de Siero a Castrillón, de Illas a Llanes, de Ribadesella a Grao, de Villaviciosa a Candamo, de Oscos a Piloña, de Tineo a Gozón, de Siero a Bimenes….
La media de superficie de las explotaciones oscila en torno a los 6.000 metros cuadrados, “una superficie bastante reseñable”. Hay operadores que llegan y otros que suman décadas tirando de azada. Las huertas ecológicos se asentaron en la región en torno a 1990 con algunos productores que aún siguen operando. Es el caso de la explotación hortícola de Santiago Pérez y Longina García en Pruvia (Llanera), una de las primeras en certificarse y que aún continua en activo. https://nuestrocampo.elcomercio.es/falta-aprovechar-el-campo-bien-cada-uno-vamos-por-nuestra-cuenta/
Otros, como Rural Eco Lab, demuestran día a día que desde Asturias es posible mantener una explotación con producción propia y estable, capaz de abastecer a cadenas de alimentación con regularidad, y reclaman el apoyo de la Administración para crecer porque su proyecto está “lejos de tocar techo”.
En la hortícultura asturiana ecológica predominan, no obstante, las pequeñas producciones con gran diversidad de cultivos. Donde nacen ajetes, acelgas, zanahorias o arbeyos también brotan pepinos, rábanos, coliflores o brócolis. La región goza de unas condiciones naturales excepcionales para la producción. No existe mejor abono para los proyectos en clave sostenible que un clima favorable, agua, suelo y biodiversidad.