De izquierda a derecha, el responsable del equipo de Genética Vegetal, Juan José Ferreira; la investigadora Ana Campa, la estudiante predoctoral María Jurado, el investigador del área de Tecnología de los Alimentos Roberto Rodríguez, y la investigadora Carmen García, en uno de los invernaderos donde se realizarán ensayos / E. C.

El proyecto en el que trabaja un equipo del Serida está financiado por la Unión Europea y pretende obtener variedades más productivas, con resistencias a plagas y enfermedades y adaptadas al cambio climático

E. C.

El equipo de Genética Vegetal del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario, Serida, participa en el proyecto europeo Legume Generation, que arrancará el próximo 1 de septiembre y que persigue impulsar la mejora genética de las legumbres. El objetivo es obtener nuevas variedades más productivas, con resistencias a plagas y enfermedades, y adaptadas a los múltiples desafíos originados por el cambio climático, según ha informado el Principado en nota de prensa este lunes.

El equipo asturiano trabajará con dos especies: la judía común (fabes) y el guisante. El proyecto está financiado con siete millones por el programa Horizon de la Unión Europea y tendrá una duración de cuatro años y medio.

Un consorcio de investigación liderado por el Doctor Lars-Gernot Otto, de la IPK de Alemania, y en el que participan 32 equipos de 18 países, desarrollará el trabajo, que se centrará en seis leguminosas importantes para la alimentación humana y animal, como soja, judía común, guisante, lenteja, altramuz y trébol.

El investigador Juan José Ferreira, responsable del equipo de Genética Vegetal del Serida, ha asegurado que esta participación es «una buena noticia que consolida al equipo a nivel internacional».

Ferreira ha explicado que este es el cuarto proyecto a nivel europeo en el que participa el organismo desde 2017 y ha resaltado que «favorece la retención de talento científico mediante la contratación de un investigador, a la vez que permite impulsar la investigación y desarrollo de dos especies de interés para el sistema agroalimentario regional: las fabas y los arbeyos».

El Serida, centro de investigación que depende de la Consejería de Ciencia, tendrá un papel relevante en Legume Generation, ya que se encargará de dos de las once tareas en las que se divide el proyecto.

Por un lado, liderará las tareas de formación dentro del consorcio, lo que permitirá la incorporación de herramientas innovadoras para acelerar la mejora genética, como caracterizaciones de alto rendimiento, metodologías omicas, apoyo de la inteligencia artificial (IA) en la gestión datos, así como una actualización en la normativa europea de protección de variedades y recursos genéticos.

Por otro lado, codirigirá los trabajos con la judía común, en los que tiene una dilatada experiencia. Además, el equipo del Serida, también contribuirá en las tareas relacionadas con el guisante.

Entre ellas, se incluye la caracterización de una amplia diversidad europea que incluye las variedades locales asturianas, de forma que el proyecto sirva para impulsar la recuperación y desarrollo de este cultivo tradicional en la huerta asturiana.

Ferreira explica que «las legumbres están llamadas a jugar un importante papel en la seguridad alimentaria en el corto plazo, especialmente en el contexto del cambio climático».