Originaria de China, alcanzó Asturias hace menos de una década y el Principado la enfrenta a través de la lucha biológica
A. S. GONZÁLEZ
Hasta 2012, la avispilla del castaño no había llegado a España. Hoy está considerada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España un «organismo nocivo para la sanidad vegetal», organismo que considera necesaria la «articulación de medidas nacionales para su control integrado»
A pesar de su minúsculo tamaño, es el depredador más dañino para los castaños, que puede llegar a matar en casos de infestación grave y cuya producción de fruto, sin duda, se reduce. Afecta, además, al crecimiento maderero, reduce el crecimiento del árbol, provoca la pérdida de un alto porcentaje de frutos y tiene repercusiones en la producción apícola.
El insecto entró por Cataluña y, dos años después, ya había alcanzado los árboles que brotan en el Principado. Su éxito expansivo responde a dos razones. Por un lado, su presencia es indetectable en los primeros estadios de desarrollo, que ocurren dentro de las yemas del castaño, y, por otro, basta el traslado de una hembra para su propagación. Esto se debe a su particular reproducción, por partenogénesis telitoquia; esto es, féminas no fecundadas por machos —cuya existencia se desconoce— que producen hembras.
Asturias es paraíso goloso de la avispilla, dada la gran masa forestal de castaño regional. El Principado destinará hasta 2025 casi 600.000 euros a la lucha contra una plaga cuyo origen se sitúa en China pero que ya está presente en medio mundo. Las cifras las ofreció el consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos en el Certamen de la Castaña y Productos de la Huerta de Parres. Si este año el Ejecutivo 88.201 euros para combatir a la invasora, en 2024 serán 297.800 y al siguiente año 204.120.
El método elegido será la lucha biológica con un organismo que controla de manera natural la plaga en su zona de origen, el parasitoide Torymus sinensi, viejo conocido en otros países, como Italia, en donde ha actuado con notable éxito. El Centro de Alerta y Control de Plagas y Especies Invasoras de La Mata, en Grado, ya está produciendo estos insectos. Este año se liberaron 140.331 ejemplares en 709 puntos de 62 concejos, casi el doble que el año anterior.
Se trata de una solución alternativa al uso de insecticidas que, además de no provocar daños a otras especies animales, es respetuoso con los ecosistemas. Durante el periodo 2017-2022 se liberaron en Asturias casi 312.000 ejemplares de Torymus sinensis.
El Serida apuesta por la lucha biológica, pero apunta también a la necesaria prevención, única forma para evitar su dispersión, a través de las inspecciones tanto en las masas forestales como en los viveros, y el control mediante la poda y destrucción de ramas afectadas y selección de variedades resistentes.
El combate no es sencillo. La propia Junta de Castilla y León, otra de las comunidades afectadas, reconoce que «es muy difícil, por no decir imposible» su erradicación una vez que coloniza un territorio. Los ejemplares apenas viven entre dos y diez días pero, en ese tiempo, ponen hasta 300 huevos en las yemas de un árbol. Los deposita en verano y las larvas evolucionan lentamente durante el otoño y el invierno para acelerar su desarrollo en la primavera, induciendo la formación de «agallas» en los brotes del castaño. Esas marcas de entre 1 y 3 centímetros de diámetro, verdes o rosas, sobre ramitas jóvenes, brotes y hojas son el mejor síntoma para identificarlas.