Los beneficios para la salud de sus bayas y las diferentes aplicaciones en la industria alimentaria hacen interesante su explotación
A.S. GONZÁLEZ
Los frutos, las hojas y las flores del sauco han sido tradicionalmente utilizadas en la medicina popular en Europa para tratar infinidad de males, entre ellas, las infecciones cutáneas, diuréticas y virales, el estreñimiento, los resfriados, la gripe, el catarro, la gripe, la inflamación, el dolor en las articulaciones, la fiebre, trastornos respiratorios, ciática, dolor de cabeza, dolor dental, dolor cardíaco y nervioso… A día de hoy se elaboran todavía remedios contra resfriados, gripe y otras enfermedades infecciosas por su alto valor antioxidante, reconocido por la Agencia Europea de Medicamentos.
Mientras Europa mira al sauco, arbusto dotado de pequeñas bayas negras ricas en compuestos bioactivos y su cultivo comienza a extenderse por el viejo continente, en Asturias los ejemplares crecen silvestres sin apenas uso, más allá del doméstico; algunos hogares elaboran mermeladas, jaleas o postres con ellas pero poco más.
El Serida cree que tanto por sus beneficios para la salud como por diferentes aplicaciones en la industria alimentaria, la baya del saúco es una especie forestal cuya explotación «es sin duda de interés y puede ser viable, dada su buena adaptación y expansión por todo el territorio».
El centro investigador ha caracterizado el perfil fenólico, la actividad antioxidante y la microflora de bayas de saúco a partir de una colección de 79 ejemplares silvestres localizados en el norte de España.
Dado el interés de los productos de saúco por sus componentes nutracéuticos, y el gran número de factores que influyen en su composición, del genotipo al clima, el suelo y el grado de maduración, el objetivo de este estudio es la caracterización del perfil fenólico y la actividad antioxidante en ejemplares silvestres en el Principado.
El estudio de la microflora presente en el fruto aporta información sobre los usos más adecuados del fruto y avanzar en la composición fenólica, la capacidad antioxidante y la composición microbiana de frutos sobremaduros permitirá un mejor aprovechamiento de un recurso a día de hoy desperdiciado.
El artículo, que firman los investigadores Roberto Rodríguez Madrera y Rosa Pando Bedriñana, constata que los frutos de los árboles asturianos tienen una alta actividad antioxidante relacionada con un alto contenido en antocianidinas, lo que los hace de interés para la industria agroalimentaria y farmacéutica.
Se detectaron valores de levaduras, hongos y bacterias con concentraciones muy variables, lo que obligaría a monitorizar los niveles en caso de destinarse el fruto a la elaboración de zumos o vinos. Esto ocurre también con la uva.
La concentración y capacidad antioxidante de las bayas de sauco se mantienen después del período óptimo de maduración y su uso promovería la sostenibilidad y un mejor aprovechamiento de los recursos naturales. Por todo ello, los científicos proponen incluir algunos ejemplares en programas de mejora.