Los consejos para favorecer que la biodiversidad de las plantaciones contribuya al control de plagas y una mejor polinización
A. S. GONZÁLEZ
Las pomaradas asturianas surten al Principado de la simbólica manzana pero constituyen además un agroecosistema de altísima biodiversidad en el que conviven animales, hongos, bacterias… Donde muchos solo ven una extensión de frutales que dibuja y perfila el paisaje regional, hay mucho más.
La interacción de las especies genera un imprescindible equilibrio. Hasta 63 aves diferentes han identificado los investigadores asturianos, de las que cerca de la mitad son depredadores potenciales de las plagas que afectan al manzano. Las aves rapaces, diurnas y nocturnas, contribuyen cazando ratas toperas o el topillo lusitano.
Arañas, tijeretas, mariquitas, sírfidos, chinches depredadores, crisopas, parasitoides o ácaros fitoseidos se alimentan de esas mismas plagas mientras las sebes atraen a los polinizadores, insectos indispensables para transformar las flores en manzanas y que en las plantaciones superen el centenar de especies. Los murciélagos atrapan durante la noche polillas, cuyas larvas pueden generar enfermedades como la carpocapsa, que provoca el agusanado de la manzana.
Daniel García, catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo y Marcos Miñarro, científico del Serida, han determinado qué factores de manejo y paisajísticos impulsan la convivencia de especies en las plantaciones de manzano de sidra. Ellos son los autores de un decálogo de medidas de fomento de la biodiversidad que favorece un «mejor control de plagas y una mejor polinización de la pumarada». Sus consejos son extensibles a otros cultivos, huertos e incluso al jardín de un hogar.
1. Reducir el uso de pesticidas químicos
2. Favorecer el nacimiento de cubiertas florales espontáneas en bandas de medio metro de anchura que se segarán un máximo de dos veces al año pero nunca entre marzo y junio.
3. Sembrar bandas florales de razas autóctonas
4. Crear hoteles de insectos en la finca, al menos dos por cada hectárea de terreno
5. Habilitar refugios para murciélagos sobre postes de un mínimo de tres metros, unas diez cajas por cada hectárea
6. Crear cajas nido para aves rapaces nocturnas sobre postes de un mínimo de cino metros, unas dos cajas por cada hectárea
7. Disponer de posaderos para las aves rapaces diurnas y nocturnas sobre postes de un mínimo de cuatro metros, unos dos por cada hectárea
8. Instalar cajas nido para aves insectívoras, unas diez cajas por cada hectárea
9. Favorecer las copas de manzanos voluminosas y continuas
10. Potenciar las sebes de plantas leñosas autóctonas, no exóticas u ornamentales, podándolas una vez cada dos años.