Fabes de la granja producidas en la localidad maliaya de Argüero. / J. M. Pardo
Las legumbres presentan más contenido en proteína y cenizas y menos carbohidratos, según constata un estudio del Serida
A. S. GONZÁLEZ
El tipo de cultivo, convencional u orgánico, determina y mejora el perfil nutricional de las fabas de granja asturianas. Un estudio del Serida constata cómo un sistema de producción libre de químicos y siguiendo métodos naturales alumbra legumbres con más contenido en proteína y cenizas y menos carbohidratos.
El trabajo, firmado por los investigadores Roberto Rodríguez, Ana Campa y Juan José Ferreira, concluye además que el manejo del sistema de cultivo, afecta a los niveles de minerales, polifenoles, azúcares solubles, ácido fítico y ácidos grasos.
La agricultura orgánica busca una mejora de la salud de los agroecosistemas, respetando los ciclos biológicos, renunciando al uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos y limitando el impacto ambiental de la agricultura.
Los investigadores realizaron sendos ensayos con fabas cultivadas sobre un suelo de uso intensivo durante al menos 20 años para el cultivo de judía con aplicación de pesticidas y fertilizantes inorgánicos y con en un suelo manejado durante los últimos 8 años con prácticas orgánicas. Las vainas se recogieron y se desgranaron manualmente., las semillas secas se congelaron durante 48 horas para prevenir el ataque del gorgojo y se mantuvieron a temperatura ambiente hasta ser analizadas.
El contenido de proteína y cenizas (minerales) fue un 14% y un 9% mayor, respectivamente, en el cultivo orgánico mientras que el de carbohidratos fue un 5% mayor en el cultivo convencional. el cultivo orgánico mostró, además, un mayor contenido de compuestos fenólicos, de hierro y de zinc.
Este último dato es importante porque la judía común constituye una importante fuente férrica para paliar la malnutrición en países en vías de desarrollo. La legumbre se caracteriza por su alto contenido en proteínas, minerales, carbohidratos y vitaminas, lo que la convierte en un cultivo clave para garantizar la seguridad alimentaria pero también para luchar contra la obesidad.