Pepe ‘Serafo’ con su nieta Morgana en brazos conversa con la alcaldesa Mariví Monteserín. Detrás, el consejero Marcelino Marcos Líndez. / Diana Baizán

Las 95 ganaderías participantes aparcan sus problemas en el concurso que hasta el lunes se celebra en La Magdalena

C. DEL RÍO

Si el Certamen de Ganados San Agustín ha llegado a las 139 ediciones en un municipio eminentemente industrial que apenas cuenta con ganaderías es por el enorme arraigo que tiene tanto en el sector como entre el público general, que ayer desde primera hora respondía a la convocatoria en el pabellón de Exposiciones de La Magdalena. No es extraño, por ello, que una extensa representación política, que contó con la presencia de 14 de los 25 concejales de la Corporación municipal, inaugurara un certamen sin el que no se entienden las fiestas de San Agustín.

La alcaldesa Mariví Monteserín y el consejero de Medio Rural y Política Agraria, Marcelino Marcos Líndez, abrieron un concurso con el que, como señaló la primera, se quiere «seguir conservando esa tradición y esa conexión con el medio rural que es muy importante para las ciudades» a pesar de la «vocación industrial y el desarrollo turístico» que tiene la ciudad.

Destacó la regidora las 95 ganaderías participantes, en 40 de las cuales hay mujeres al frente. «Es muy importante la presencia que hemos ganado las mujeres desde la Ley para la Igualdad Efectiva del año 2007. No es solo que seamos capaces de ganar un Mundial sino también de gobernar en aquellos sectores en los que hasta hace poco éramos absolutamente secundarias o no podíamos tener la titularidad de la ganadería. Ahora estas mujeres están demostrando que van a ser un actor importantísimo de desarrollo de nuestro medio rural», añadió.

El consejero señaló que el certamen es un «escaparate fabuloso donde se pone en valor, en un municipio en el que quizás pueda parecer que todo lo que es agricultura y ganadería es secundario, un sector al que hay que darle la importancia que merece en una Asturias como la nuestra». En este sentido, felicitó a los ganaderos por el esfuerzo que hacen al acudir al mismo, que no es fácil y por la profesionalización ganada en los últimos años. «Tiene un coste y un sacrificio importante acudir a este tipo de eventos y los animales se ven afectados muchas veces por el movimiento de los mismos», señaló.

Un joven ganadero descansa junto a las xatinas. / Diana Baizán

Un joven ganadero descansa junto a las xatinas. / Diana Baizán

Ese sacrificio es placer y casi obligación para ganaderías como Serafo, de Manzaneda, en Gozón, cuya titular es María Flor Fernández González. «Son todos muy buenos, pero el certamen de San Agustín es el mejor de todos, es el as», manifestaba con su nieta Morgana en brazos. Flor recuerda cuando su padre asistía cuando se celebraba en el Carbayedo. «Nosotros (con su marido Pepe) llevamos viniendo 52 años» y aunque reconoce que las cabañas siempre han afrontado dificultades para salir adelante. «Antes los problemas eran de otra manera, pero ahora con la que está cayendo…» y esos puntos suspensivos son los precios. «Cuando tenías que comprar un tractor con una remasada de xatos (cuatro) pagabas la mitad. ¿Ahora quién lo compra?», se pregunta. A eso se unen decisiones políticas como la cuota de leche, que se puso en marcha en 1986, «por la que llegamos a pagar millones y luego desapareció».

De quien no tiene queja Flor es de los políticos municipales. Ayer la saludó la alcaldesa, pero ella recuerda sobre todo a «don Manuel Ponga». «¡Qué señor! Sentábase ahí en un fardo y comía chorizo con nosotros y hablábamos de todo», rememoraba con cariño.

A los precios también aludió Ana María López García, pero solo tras ser preguntada sobre ello porque las ganaderías vienen a San Agustín a competir y a mostrar sus mejores ejemplares. Al frente de una ganadería de Valdés, en Gozón, que era de la familia de su marido, afirmó que la subida de costes de todo («de la paja, del pienso,…) lo pone muy difícil y lo peor es «no saber si hay solución».
Ellos tienen 140 vacas de carne y 140 de leche que son de las que viven y así como Flor y Pepe ‘Serafo’ parece que no cuentan con relevo, ella ve claro que el pequeño Roberto, de 7 años, los va a suceder. «Le encanta. Ahora en vacaciones madruga con nosotros y viene a echar una mano», explica su madre. Ya en ediciones anteriores había llevado una burrina y un pony a la exposición» y ayer ayudaba a sus padres con las vacas.

Vacas y jóvenes ganaderos de una de las ganaderías más laureadas, la ganadería La Cantera / Aida G. Fresno

Vacas y jóvenes ganaderos de una de las ganaderías más laureadas, la ganadería La Cantera / Aida G. Fresno

398 reses
En el certamen participan 56 vacas de la raza parda alpina de la montaña procedentes de 14 ganaderías, 90 reses de asturiana de la montaña y 252 ejemplares de asturiana de los valles –tipos normal y doble grupa–, además de 40 asturcones. En total, 398 reses de 95 ganaderías. Hay además asturcones, oveyas xaldas, gochu asturcelta, cabra bermeya y pita pinta.

El Certamen de Ganado de San Agustín permanecerá abierto hasta el lunes 28 de agosto, en horario de 10 a 22 horas.

«Es un marco muy importante para que se vea nuestra oveya xalda»

La asociación de criadores de esta raza autóctona celebra su presencia en el «certamen más antiguo de España»

C. DEL RÍO

La novedad en este 139 Certamen de Ganado de San Agustín es el concurso de oveya xalda, dentro de la categoría de especies autóctonas. En una carpa situada en el exterior del Pabellón de La Magdalena están representadas doce ganaderías con cien ejemplares.

Manuel Pravia es el presidente de la Asociación de Criadores de Oveya Xalda Asturiana (Acoxa), que ayer mostraba su satisfacción por estar en «el concurso de ganado más antiguo de España que es un marco muy importante para que se vean nuestros animales y nuestra raza».

Un matrimonio, en la muestra de oveya xalda. / Diana Baizán

Un matrimonio, en la muestra de oveya xalda. / Diana Baizán

Su asociación está haciendo un trabajo muy importante por dar a conocer una oveja autóctona y muy diferente a la de otras razas. «Aparte del color, hay negro y blanco, pero el negro es más llamativo, la moña de la cabeza que le cae por encima de los ojos, tiene los ojos muy vivos, mirando siempre hacia delante, las orejas son pequeñas y también miran hacia delante».

El primer rendimiento de la oveya xalda es la carne, sacrificando a los corderos a los cinco o seis meses. «La leche hace mucho que se dejó de utilizar y no creo que ahora ninguna esté en ordeño. Y con respecto a la lana está empezando a haber demanda quizás por ese movimiento que nosotros estamos haciendo, los artesanos están llamando y hay proyectos por ahí», adelantó.

En términos generales, cada oveja «de calidad» puede costar entre 120 y 150 euros. «Los machos se van a 200 euros porque hacemos mucha selección, no todos valen para sementales», explicó Manuel Pravia.