Asturias participa en el proyecto SECUESVAC que desarrollará una herramienta para calcular el potencial de secuestro de carbono de las granjas

A. S. GONZÁLEZ

La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la ganadería es uno de los grandes desafíos del sector. La ciencia estudia cómo rebajar el impacto de la actividad desde distintas perspectivas complementarias: adaptación de las dietas, uso de aditivos, selección genética…y también el secuestro de carbono.

¿Es posible una ganadería baja en carbono? En 2020, el 9,1% de las emisiones en España provenían de la ganadería, un porcentaje inferior a la estimaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC), que sitúan la media internacional en el 14,5%

La región participa, a través de Cooperativas Agro-alimentarias del Principado de Asturias, en un nuevo proyecto para combatir la problemática. SECUESVAC busca obtener datos científicos de referencia sobre las emisiones netas de carbono considerando el secuestro en los suelos.

El objetivo principal es optimizar la captura del gas en suelos asociados a la explotaciones. Para ello, se analizará primero la situación actual, identificando buenas prácticas y desarrollando una herramienta que permita calcular tanto la huella de carbono como el potencial de secuestro de carbono de las granjas.

El proyecto, en el que intervienen ocho miembros y dos entidades subcontratadas, estudiará el valor añadido del secuestro de carbono para crear una estrategia propia que avance hacia la anhelada neutralidad en 2050 pero también que contribuya a la conservación del medio rural.

La iniciativa incorpora a granjas de diferentes puntos del país que representan los diferentes modelos de producción. Está dirigida, por un lado, a los ganaderos y, por otra, a la sociedad en general.

Los productores, especialmente los de régimen extensivo, explotación habitual en Asturias, podrán aplicar las recomendaciones de la herramienta y optimizar los niveles de secuestro de carbono en sus suelos, minimizando su huella de carbono. A la vez, los consumidores tendrán la seguridad de adquirir carne proveniente de un sector comprometido con el medio ambiente y con la producción sostenible.

El grupo de trabajo está integrado por PROVACUNO, que lidera el proyecto, la Asociación Nacional de Jóvenes Agricultores (ASAJA); la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne de Castilla y León (ASOPROVAC Castilla y León); la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne de Castilla-La Mancha (ASOPROVAC Castilla-La Mancha); la Asociación de Criadores de Raza Bovina Parda de Montaña (ARAPARDA); la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (AGACA);; y GANADEMAD, Cooperativa de Ganaderos de Madrid y el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER)