Ganaderos en una protesta contra el lobo en la feria ganadera de Corao de 2024 / Juan Carlos Román
URA exige medidas de control urgentes tras los incidentes de los últimos días en Quirós, Teverga, Candamo, Colunga, Tineo y Llanes
A. S. GONZÁLEZ
«La llegada de la primavera y la suelta de ganado después de invernar en establos se está convirtiendo en una auténtica carnicería», en palabras de URA. El sindicato exige medidas urgentes ante los ataques de fauna salvaje que se habrían intensificado en los últimos días con ataques en Quirós, Teverga, Candamo, Colunga, Tineo y Llanes.
El colectivo califica la situación actual de «máxima gravedad» porque lobos y osos «han perdido el miedo y tememos ataques inminentes sobre las personas». Exigen, pues, que ante el preocupante aumento de ataques y acercamiento a zonas pobladas en prácticamente todo el territorio asturiano, se inicien ya las medidas de control.
En Colunga, más concretamente en Pernús, a escasos kilómetros de la capital del concejo, los depredadores acabaron con un ternero. Sospechan que se trata de la misma manada que atacó semanas atrás en Villaviciosa con un balance de ocho reses muertas.
En Candamo —siempre según los datos facilitados por URA—, el guarda ha certificado ataques en Agüera y los ganaderos están sufriendo bajas también en el pueblo de Villar, en la falda de la sierra de Pedrozo. En la Sierra del Cuera continua lo que el sindicato tilda de «masacre con terneras devoradas y otra herida que terminó muriendo».
En Teverga es el oso quien causa «estragos» y en los últimos días ha acabado con una novilla y una ternera. «Los depredadores no entienden de diferencias y se han llevado por delante las ovejas de la familia del Director General Marcos Da Rocha en Navelgas», añade la organización.
La primera consecuencia en Asturias de la salida del lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección (Lespre) fue el anuncio del Principado de autorizar la extracción de un máximo de 53 lobos hasta el 31 de marzo de 2026.
Los períodos para efectuar los controles se fijan en dos franjas del año: de enero a abril y de septiembre a diciembre. No obstante, también serán posibles las extracciones puntuales entre mayo y agosto, por ejemplo, de animales que causen daños repetidos.