Alumnos de la escuela de preparadores, en el IES Luces. / A. G. Fresno
Formación. El IES Luces acoge la Escuela de Preparadores CONAFE con más participación que nunca, 31 alumnos de ocho comunidades
BÁRBARA PANTIGA
Este año «es la edición más numerosa», cuenta Santiago Mato, director de la Escuela de Preparadores de CONAFE (Confederación Nacional de Frisona Española); una formación que se imparte en el IES Luces. «Contamos con 31 alumnos que vienen de ocho comunidades autónomas diferentes», y es que tal ha sido el éxito de esta convocatoria que ha habido un exceso de reservas y han tenido que rechazar solicitudes. Además este año cuentan con un día más de trabajo «porque lo demandaban así los alumnos». El éxito parece estar en que «los jóvenes conviven con gente de otras comunidades autónomas, se ayudan unos a otros y al final hacen amistades».
Uno de los alumnos fuera de las fronteras asturianas es Álvaro Rodríguez, un menorquín de 21 años al que el amor por la profesión le viene de sus dos tíos ganaderos. «Aquí puedes aprender bastante», relata. Y es que el que lo prueba, repite, como María Mon, una joven de 20 años que lleva acudiendo a la escuela desde los 12 años, «veía a los niños en los concursos salir con las vacas y dije ‘yo también quiero’».
Si hay algo que le gusta de la escuela es que «siempre se aprende algo nuevo y conoces a mucha gente». Yosune Rodríguez, de 17 años, repite. Es hija de ganaderos, pero vive esta experiencia como algo diferente a su día a día, porque «al fin y al cabo en casa no estás 24 horas pendiente de las vacas». Conocer a gente nueva que esté en el mundo de la ganadería tiene sus ventajas porque «ya saben lo que hay». Entre risas, Yosune y María comentan cómo es relacionarse con gente ajena al sector ganadero, «mis amigos que no tienen vacas piensan que estamos locos», «cada vez que les contamos cosas se les hacen muy raras, como es algo que no se conoce la gente se sorprende».
Alguno de los alumnos vuelve a vivir la experiencia años después, esta vez desde el otro lado de la tarima, como Germán Fernández. El cántabro participó por primera vez con 12 años y después volvió «cinco años seguidos». La pasión por los concursos le viene de familia y a pesar de que «ya sabía de casa, aquí te enseñan una rutina y una forma de trabajar». Su experiencia como profesor el año pasado fue gratificante «y este año me lo volvieron a ofrecer». El consejo más útil que le puede dar a sus alumnos es que «hay que seguir y no parar, cuanto más salgas de casa, más vas a aprender».
Como trabajo final, los jóvenes participan en un concurso donde cada uno muestra las habilidades adquiridas durante la semana. Hoy sábado se celebrará el Concurso de Manejadores y Preparadores de Raza Frisona, entre las 10.30 y las 13.30 horas. En el que el campeón y subcampeón participarán en el concurso europeo de manejadores y preparadores, que se celebra este año en Italia. No hay duda de que sale un gran talento de esta escuela, y es que «el año pasado, una chica que hizo el curso fue la tercera en la sección de manejo de Europa», recuerda con orgullo Santiago.
El precio de la leche
Pero no todo es alegría, ya que el futuro es algo que se mira con cautela, sobre todo por la situación actual del sector. «Es una pena que hayan vuelto a bajar los precios de la leche, que es un bien de primera necesidad», dice Santiago, «las multinacionales están jugando con el futuro de los ganaderos, y un país sin ganadería no tiene futuro».
En la misma línea, Álvaro opina que «hay muchas imposiciones, y no sé si el día de mañana, cuando nosotros podamos ser ganaderos, estará mejor». A pesar de ello, confía en que las cosas vayan a mejor, como Yosune, que quiere ser auxiliar veterinaria «y de ahí llevar la ganadería mientras voy a los concursos». Y es que esta disciplina ha pasado de ser un hobby a convertirse en una profesión, la que más les gusta a los 31 jóvenes de esta escuela, y como les dice su profesor, lo más importante es que «si te gusta, vas a luchar por ello».